viernes, 2 de abril de 2010

Canto nocturno

Mire a la cara a un buen amigo,
con aquellos ojos de malicia,
tan bien correspondida,
le enuncie mi deseo de pecar aquel día
es tan hermoso decidir aquello en tal momento
cuando la esperanza agobia,
y se debe olvidar el lamento.
Es hora de actuar, y cubrirnos de noche.
de éxtasis y felicidad,
tan barata en estos días,
mirar a la cara una de aquellas criaturas,
aquellas que tanto quiere su familia;
Acercarse con el más puro deseo de lo eterno
y mentir un buen rato si es que fuese necesario,
después de todo a quien le importa,
en este mundo lo banal se pierde en un instante
lo profano, se vuelve efímero,
y lo espiritual no existe, en absoluto.
Vayamos pues en una ronda de afán puro de gracia
saltemos a una demencial practica común
hagamos que somos felices por un rato,
aunque nuestros pecados y culpas nos quemen por dentro.
Llenémonos de liquido vertiginoso,
distorsionemos nuestra visión, corresponde
vaciemos nuestra rabia en un espectacular frenesí de moda
y bailemos hasta que la ley lo permita.
Una vez fuera decidamos que hacer,
yo recomiendo lo de siempre,
ella decide lo de nunca, mi opción.
Una vez en mi casa ya no hay que contar,
pues la cultura se encarga de las explicaciones
aun si bien esto es algo normal,
como nunca me pasa es necesario aprovechar,
y en fulgor de pasión y frustración,
mi deseo tan cotidiano, se vuelve real;
quien diría que por decirle a un amigo
"salgamos a quemar algunos ángeles"
esto resultaría tan verdad.