miércoles, 29 de octubre de 2014

El llanto de Constantino XI

¿Por qué lloras Constantino?
¿Es acaso por el rugido estridente del trueno,
metal vivo envistiendo la piedra?

No, no es eso

¿Es la sangre griega fluyendo como ríos agitados,
 hacia los acantilados oscuros del Bósforo?

No, no es eso

¿Es entonces los filos moros,
que se clavan directamente en los pulmones de tus defensores?

No, no es eso

Es el peligro de muerte, tendría que serlo.
Es el fin del mundo, la revelación.
La gloria que se pierde, el juicio intempestivo de la historia
la nación que muere ya anciana
la decadencia que debe llegar a su abrupto final.

El oro y el mármol no pueden pagar ningún precio,
pues el tirano sólo desea destrucción y sangre
un acto de símbolos, un acto de fe.
Llamado puro y ostentoso del Ángel Gabriel.

Es el destino para que se vino, la misión divina,
es y debe ser, debe ser y se hará.
es el fin de un pergamino, de un viejo manuscrito.
de una tradición de eones, de la grandeza ya fosilizada,

¿Por eso lloras Constantino?

No, no es eso

La bruma no puede esconder el miedo,
el fuego se acerca volando para purificar.
¿ha dejado la mano de Dios estos parajes que eran de su gracia?
¿ya habrá dejado de ser Santa Sofía la casa de dios, en la tierra?
 ahora ya sus cúpulas inmensas temen, sus reliquias lloran ante la verdad.
Les aterrar la bota malvada que se les acerca.
Es la impotencia solida del cruel llamado de la historia

¿Por eso lloras Constantino?

No, no es eso.

Veo en tu destello una serenidad.
Una calma digna de quien confía en la victoria a nombre de Dios.
Aún cuando las hordas golpean con fuerza la última de las puertas,
Y cuando divisas a los pocos divinos que han decidido defender esta ciudad.
en ellos ves el peso de cargar sobre sus cabezas el total de un siglo de tradición.
historia bendita, historia potente.
Dulce historia de victorias y grandeza celestial
dignidad absoluta de esas murallas invictas,
dignidad profunda del legado Latín

Pero la gracia y gloria no es para siempre
pues si Zeus y el Sol Invicto ya hace siglos renunciaron a su derecho sobre esta ciudad
Cristo ha decidido también ponerle su final.
Hoy es Alá quien martilla las murallas, levanta las piedras y enaltece al invasor.

¿Por eso lloras Constantino?

No, no es eso.

veo en tu grandeza confianza y decisión
Esperas paciente a que esa puerta caiga, y deje entrar esa maldición
Arengas a tu hombres y serás el primero en saltar.
Pero en tus ojos se ven lagrimas, amor cristalizado y obtenido como maná.
Lloras no por tu cuello, no por tu ciudad.
Lloras por que el mundo entero le ha dado la espalda a esta joya,
lloras por que el Oiente Latino sólo existirá en páginas de libro.
Así como los helenos perdieron Siria, como Egipto se regaló,
como Jerusalem se aposto en un juego arreglado,
como los Balcanes se entregaron al horror.
Lloras por que se acerca el implacable juicio de la historia,
por que no quedará nada de tu legado,
de tu sangre, de tu estirpe imperial,
por que a pesar de que esgrimas la espada como el último gran defensor de Bizancio,
de Constantinopla,
Roma, la gran Roma milenaria, morirá contigo,
y con certeza sabes, que no resucitará jamás.

miércoles, 4 de junio de 2014

Sueños rotos


¿Quá hace un hombre?
¿Cuándo se da cuenta que sus sueños de juventud no se volverán realidad?
¿Cuándo el anhelo de su corazón se ha perdido en nubes de fracaso?
¿Cuándo la cultura golpea como martillo los dedos y sus yagas?
¿Qué hace?
Se resigna y observa el ocaso,
y sólo yace en la arena, esperando que el hambre,
quizás el sueño, o bien la muerte
le den tranquilidad.
Es la penumbra el peor de los aliados
o bien el trago amargo de placeres mundanos
en cualquier caso es mejor que el roce de la esperanza
que envenena como el opio,
adormece y luego apuñala donde más duele
y aún así, no podemos dejar de fumar.
¿Qué se sentirá hundirse con los esclavos de galeras griegas destrozadas?
¿Qué sentirá el blasfemo emparedado?
¿Cómo dolerán los clavos de las damas de hierro?
¿Qué sabor tendra el fuego de la purificación?
Seguramente es lo más cercano a lo que siento ahora,
seguramente debe ser así
Es como mirar el pasado,
verse a uno mismo a los 16,
y admitir tristemente que a la primera persona que he decepcionado,
es a mí

lunes, 13 de enero de 2014

Algún Día

Como anhelo y recuerdo esos días
en que caminábamos entre los mortales
en nuestros corceles decapitábamos infieles
con estandartes forjados en ideas potentes
revestidos de juventud y coraje

no queda mucho de entonces,
quizás todos los generales se retiran
pero no puedo evitar ver mi espada
y ensoñarme con que nuevamente cabalgo en horda
que nuevamente me alzo entre los soldados
y con discurso impetuoso lidero a los valientes
eso no se olvida

me engañaría si no reconociera que extraño esos días
me engañaría si no reconociera que extraño el olor de la sangre
la gloria y el poder eran nuestro aire
la aclamación nuestra comida
y el deseo lujurioso de las doncellas, nuestra alma

tal vez llegue el día en que nuevamente debamos cabalgar,
tal vez necesiten de viejos héroes,
ya sea para luchar, ya sea para sangrar,
siento que es lo que deseo,
siento que necesito volver a triunfar
siento que es para lo que estoy vivo,
siento que es la maldición que me regalo el diablo

esperaré el día, esperaré la noche
en que venga el mismo Rey a suplicarme
que aleje a los bárbaros de sus murallas,
a los infieles, a los invasores,
y yo sonreiré con complacencia,
ante la posibilidad más cierta que nunca
de poder morir, de poder sentir dolor,
y ser enterrado junto a mi espada,
ser abatido por una lanza, 
o ser flechado en el corazón,
y en un orgasmo lleno de vitae
caer sin esperar redención

No me importa



Jamás quise cantar tan bellas palabras
jamás quise entonar tan bellas melodías
nunca pude siquiera concebir lo que siento
en esta misma noche en la cual no quiero dormir

No quiero dormir porque siento que si lo hago
muero
no quiero, porque es la eternidad perdida en un sueño,
un sueño que no es cierto, 
que no es real.

Pero esto si, esto si existe,
es la vida hecha nube de algodón y nuez
bruma bendita en una mañana de trabajo
mar frío, consuelo de jornadas de verano,
no es felicidad, no es alegría, no es tristeza,
no es dolor, no es placer.
Es pecado,
es pecado,
yo he pecado,
dios admito que he pecado
y no me importa
no me importan 
no me importa nada.

Es todo lo que he deseado desde que salí del vientre,
es el momento que construí en las noches de soledad
es el objetivo de una vida perdida
pero lo es todo para mí.

es y no es,
existe pero se desvanece
desparece y se construye
grita pero calla,
es todo,
es nada,
es la sensación extrema de que soy perfecto,
por que soy perfecto.

Es la luz del alba la que viene a buscarme,
pero yo no quiero ir,
prefiero las tinieblas cálidas,
la noche esquiva
lo quiero y lo tendré,
lo deseo y será mio,
por que no hay nada que pueda interponerse entre un vicioso
y su vicio

domingo, 7 de julio de 2013

II


Y nos miramos a los ojos,
y supimos que aquello iba a terminar,
pero lo más triste siempre fue
las frases que nunca pudimos esquivar.

¿Qué es un para siempre?
¿Qué es un nunca olvidar?
Sólo frases talladas a brasas,
lindos pensamientos y deseos estériles.
Buenas costumbres hechas delito,
consideración llevada al sarcasmo.

Por que en ese mismo momento jalamos el gatillo,
y nos espantamos las mariposas que teníamos en el corazón,
tomamos aquel cúmulo inferior lleno de esperanzas,
y lo estrangulamos hasta que cambio de color.
Dijimos que todo lo que hacíamos era por amor,
y en el fondo absolutamente era razón.

Por que cuando vi que levantaste el dedo,
y con la indiferencia de quien esquiva a un mendigo,
detuviste la primera carroza que te divisó,
comprendí en lo más profundo de mi ser,
que el amor no es más que un arma,
un arma de hierro, un arma de fuego, un arma de complejidad,
y como toda arma que se utiliza para la guerra,
sólo la historia de los vencedores,
juzgarán si los ideales y pensamientos que las empuñaron,
escucharon justicia en su corazón o simplemente fueron ecos de ira.

jueves, 21 de marzo de 2013

I

Con el ocaso cerca, a un marzo que nos matará
mirando de reojo la calle,
siento que fallezco, porque se me va la vida,
recuerdo que después de tanto dar en todo,
abandoné el miserable pueblo que me aguantó crecer.

Y en cuanto toqué el mar, supe que no era el mismo,
que jamás volvería a sentir lo que la cordillera encerró en mi,
entendí que la llama comenzaba a consumir lo último,
y que todo era cuesta abajo.

Porque aquellas manos que nos tendimos no se olvidarán,
puede que se pierdan, pero en una noche apática
aparecerán,
aparecerán en el brillo de las luces,
en las gotas de invierno,
en las olas del oceano feroz.

Porque nunca olvidaré los veranos que me hicieron hombre,
las mujeres que me ignoraron,
los farsantes que odié,
y los cigarrillos que casi terminaron por matarme.

Plagiando al músico, puedo decir que esos veranos serán para siempre,
sólo recordarme caminando por el pesado sol me hace llorar,
así de pura fue mi juventud, la tuya y la nuestra.

Y cuando el fin se sobreponga, veré la cara de mis compañeros,
veré los cabellos cortos de adolescentes llenos de sueños,
y la inexperiencia en los ojos de pequeños de provincia,
hoy ya magnánimos, hoy ya crecidos,
luego de un largo camino llamado vida, luego del duro tránsito por la realidad.

Pero a pesar de haber sido ensamblados denuevo en las grandes capitales,
ese sol siempre alumbrará, esa agua siempre estará clara,
y esos licores que acercaron nuestras vidas siempre estarán frescos

Y sólo por eso, es que viviremos para siempre.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Proverbio

Viéndose uno a si mismo, quizás en un espejo, tocando con los ojos aquella mascara sincera que nos auto imponemos.

Lo que la cultura ha construido, y la economía ha revestido de cemento, allí están los valores de cierta generación naciente y ácida.

Sentirse lejos de la mano de dios, horrorizado por los poderes absolutos de los dominadores, ser capaz de ver los sutiles hilos que tejen la industria cultural, y siendo denunciante constante de los crimenes de una humanidad corrompida.

Quizás, y sólo quizás así nos sentimos gratos, quizás y sólo quizás así vemos el devenir desde nuestras atalayas, quizás y sólo quizás esto le da sentido a nuestros cuerpos.

Al mirarse entonces en el agua, o en las ventanas empañadas por los tristes inviernos, reconocerse como partidario del asesinato de embarazos, del matrimonio bizarro entre iguales, y el desconocimiento total de un cadaver viviente que habla con los muertos desde su trono dorado en Roma.

A uno le hace pensar que ha venido desde el mismo infierno, y eso me hace sentir perfecto, muy perfecto.