miércoles, 4 de junio de 2014

Sueños rotos


¿Quá hace un hombre?
¿Cuándo se da cuenta que sus sueños de juventud no se volverán realidad?
¿Cuándo el anhelo de su corazón se ha perdido en nubes de fracaso?
¿Cuándo la cultura golpea como martillo los dedos y sus yagas?
¿Qué hace?
Se resigna y observa el ocaso,
y sólo yace en la arena, esperando que el hambre,
quizás el sueño, o bien la muerte
le den tranquilidad.
Es la penumbra el peor de los aliados
o bien el trago amargo de placeres mundanos
en cualquier caso es mejor que el roce de la esperanza
que envenena como el opio,
adormece y luego apuñala donde más duele
y aún así, no podemos dejar de fumar.
¿Qué se sentirá hundirse con los esclavos de galeras griegas destrozadas?
¿Qué sentirá el blasfemo emparedado?
¿Cómo dolerán los clavos de las damas de hierro?
¿Qué sabor tendra el fuego de la purificación?
Seguramente es lo más cercano a lo que siento ahora,
seguramente debe ser así
Es como mirar el pasado,
verse a uno mismo a los 16,
y admitir tristemente que a la primera persona que he decepcionado,
es a mí

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