sábado, 7 de agosto de 2010

Me enamoré de un sueño

Me enamoré de un sueño
clara agua de serenidad
me enamoré de un sueño
como dulce azul de profundidad
me enamoré de un sueño
la ternura viva de un beso
deseos de un alma torturada
y la simpleza de un dormir confuso.

Es la última esperanza del pobre,
y el pan duro de los necesitados,
un rosado opio que nos duerme la carne,
nos termina llevando a la conformidad.
Pero quien dice que no es placer,
quien dice que no es felicidad,
la voluntad extrema del amar
y la sensación abrupta de perderlo,

Me enamoré de un sueño
triste fortuna de invierno
suave consuelo de enfermedad
como se esconden las estrellas,
en la adversidad de la vida desgraciada,
y como duele la última gota del vicio,
así como una espina en el corazón.

Es un vacío inmenso sin virtud,
y no es otra cosa que el abrir los ojos,
destruyendo toda la féliz plenitud
dándose cuenta que nada es verdad,
al despertar a mitad de una oscura noche
y comprender que a final de cuentas,
esto es la felicidad.

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